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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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07-11-2011

 

 

 


 

 


Un antes y un después

SURda

 

 

 

Julio A. Louis

 

 

 

Mientras recorremos Estados Unidos invitado por la comunidad uruguaya, nos empapamos de la problemática de los latinoamericanos y procuramos comprender a los indignados que “ocupan Wall Street” , desde el Río de la Plata llegan comentarios de las declaraciones de Vázquez y de su “retiro” de la actividad política pública. Antes de ellas su “retorno” obligaba a definiciones, definiciones más necesarias después de su “retiro” , incluyendo el análisis de la declaración unánime del Secretariado Ejecutivo del Frente- que se limita a apreciar que la “inoportunidad de sus declaraciones” “lejos de menoscabar su figura como su actor político y como persona, lo enaltece por la honestidad intelectual que supone asumir públicamente la situación.”

 

La inoportunidad de las declaraciones con ser graves, son nimias frente a la gravedad de la conducta asumida por el ex-presidente, conducta que no es comentada por la dirección partidaria, y que ha desorientado e indignado a muchos frenteamplistas. Y es sobre esa conducta de Vázquez que hay que expedirse, so pena del descaecimiento total de la identidad de la fuerza política, en riesgo de deslizarse a considerar admisible la ruptura con nuestros vecinos y la alianza para ello con EE.UU. Como Vázquez no es un inexperto declarante, es dable pensar que la “refundación” del Frente Amplio la vincule con ese giro.

 

El presente me recuerda que cuando fue electo candidato para las elecciones de 2004, un alumno del Instituto de Profesores Artigas me explicó los motivos por los cuales el suyo había sido el voto de delegado contrario en el Congreso. Más experiente, quien esto escribe le respondió que compartía algunos de sus fundamentos, pero que no había otro candidato viable mejor. Después de su gobierno, no comparto ni compartiré su candidatura aunque estuviera en la soledad de mi ex alumno, aunque tengo la certeza de que mi posición será compartida por otros compañeros. Recordemos que su gobierno -que contó con aspectos positivos- forzó la renuncia de G.Chifflet por enviar tropas a Haití, las que han sido repudiadas por su pueblo. Recordemos que cuando se recibió al “aliado ” Bush , el Ministro del Interior José Díaz fue relevado del cargo. Recordemos que gracias a Gargano y la movilización del pueblo, evitamos un TLC con EE.UU., aunque después el presidente relevara del cargo a Gargano y colocara al Dr. Fernández, tan elogiado éste por la Embajada de ese país como criticado fue aquél. Recordemos el veto a la ley de salud sexual y reproductiva, frustrando el proceso liderado por la Senadora Mónica Xavier, que hizo decir al Dr. Bottinelli que “Tabaré Vázquez es un cuerpo extraño en la izquierda uruguaya, cuyos valores más profundos no comparte” . Recordemos la ignorancia del Dr. Vázquez acerca del significado de un TLC con EE.UU. que mereció un fino libro del Dr Porzekansky. Y ahora se agrega la profunda ignorancia histórica de los orígenes del Estado de Montevideo (luego Estado Oriental del Uruguay) decretado por la Convención Preliminar de Paz, acuerdo exclusivo de Argentina y del Imperio de Brasil (4 de octubre de 1828) a partir del cual nuestros vecinos están obligados a no dejarse arrebatar este país neutral, so pena de ver en riesgo su propia soberanía. Peor aún, el Dr. Vázquez parece desconocer la existencia del imperialismo, en particular del de EE.UU., solicitando la protección de los intervencionistas de Irak y Afganistán y promotores de innumerables golpes de estado en América Latina.

 

Si el Frente Amplio reiterara el error -ya cometido en vano en otra oportunidad por el Partido Socialista- solicitándole a Vázquez ahora que no renuncie a la “actividad política pública” y éste se dejara convencer, tanto la fuerza política como su eventual tercer gobierno, tendrían las manos libres para estrechar la alianza con EE.UU., en detrimento de la relación con Brasil, Argentina y otros países de la región. Quizás contando con el carisma del Dr. Vázquez capaz de cometer actos extraños para la izquierda uruguaya sin perder la simpatía del pueblo ,se colocaría a Uruguay en “inmejorables” condiciones para oficiar de Estado tapón, de Estado que para existir debería ser “ayudado” por Estados Unidos, cuyo gobierno estimula ya esta posibilidad, manifestada con el llamativo reciente mensaje de la Secretaria de Estado Hilary Clinton.

 

La candidatura del Dr. Vázquez agravaría considerablemente la situación. Uruguay volvería a actuar -como señalaba la revista “Veja”- como el ganado descontento que busca un hueco para escapar del campo (léase Mercosur) , acentuando la sospecha de sus vecinos. Sería una señal inamistosa para el pueblo y el gobierno argentino, por los hechos del pasado y por las recientes declaraciones. Y lo sería para Brasil y para el proceso de integración de la región. Lógicamente, provocaría nuevas fisuras en el Frente Amplio, cuya izquierda no toleraría el giro pro norteamericano, renunciando a ser izquierda. En estas condiciones, la candidatura de Vázquez, como lo fue la de Frei en la Concertación chilena, anticiparía la derrota de la experiencia frenteamplista De allí que surjan interrogantes: ¿para qué queremos gobernar con este extraño timonel? ¿Para qué queremos que retorne a la conducción del F.A?

 

Un giro a la derecha supuestamente permitiría ganar las elecciones, a expensas de arrojar lejos los principios de la izquierda. Un giro a la izquierda -nacionalista, democrático-participativo, socializante- quizás permita un tercer gobierno, pero mucho más trascendente que ganar o perder las elecciones, permitiría que la izquierda siga existiendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 
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